Sobre la mili y la objección de conciencia
La obligatoriedad del servicio militar para todos los varones en España fue instaurada por las Cortes de Cádiz de 1812, substituyendo el modelo francés impuesto por los Borbones de reclutamiento de “quintas” (se escogía por sorteo a uno de cada cinco jóvenes en edad militar). En Cataluña, Navarra y País Vasco no existió el reclutamiento forzoso hadta que fue generalizado por la Constitución de 1876. Hasta 1912, el servicio militar podía evitarse a través de pagos en metálico al Estado o bien presentando un sustituto. Durante la dictadura de Franco, el servicio militar activo tenía una duración de 2 años y el período de permanencia en la reserva militar era de 24 años, reduciéndose a 18 años a partir de 1968.
Frente a esta situación, en 1977 se crea el Movimiento de Obxección de Conciencia (MOC), que propone la desobediencia civil como estrategia de resistencia al reclutamento obligatorio. Con la llegada del primer gobierno socialista, en 1984 se aprueba la Ley de Objeción de Conciencia, que regula el derecho a la objeción de conciencia y la obligatoriedad de la prestación social sustitutoria y que fue recibida con numerosos recursos de insconstitucionalidad. La oposición de miles de objetores provoca que en 1988 el MOC anuncie la insumisión masiva como estrategia de desobediencia civil. El moviemiento de insumisión tuvo un seguimiento muy importante, llevando al procesamiento judicial de miles de jóvenes, lo que generó una corriente de solidaridad y apoyo social y político muy amplia, provocando además profundas discrepancias judiciales y el colapso del propio sistema institucional. Los sucesivos gobiernos socialistas fueron reduciendo la duración de la mili y ampliando los márgenes de la obxeción de conciencia para debilitar la capacidad de respuesta del movimiento de insumisión, sin éxito. Finalmente fue un gobierno conservador el que en 1996 suspendió el servicio militar obligatorio, suspensión que se hizo efectiva en 2002.
A insubmisión como movemento de desobediencia civil masivo non tivo parangón en ningún outro país europeo. En 1990, un ano despois de terse declarados os primeiros insubmisos, xa existían máis de dous milleiros e 135 estaban presos en cárceres de toda España. En 1994 hai máis de 9.393 insubmisos declarados e 138.878 obxectores, desbordando a capacidade do Estado para darlles saída. En 1996 os insubmisos presos en cárceres españolas son 348. No último sorteo da mili, no ano 2000, optaron por facer o servizo militar apenas 5.000 dos 91.000 mozos sorteados. En 2002, xa coa mili suspendida, o goberno vese obrigado a amnistiar a máis de 4.000 insubmisos declarados.