Hablar en público de un hecho traumático de tu vida no es fácil. Por lo menos no para mí. Pero si ves que hacerlo puede mudar la realidad y que de pronto comienzas a sentir que algo se transforma dentro de ti, entonces sacas fuerzas para llegar al final y poder completar esa metamorfosis.

Comenzamos a trabajar en "Anatomía de una sirena" el tres de agosto de 2017, ese día tuvimos la primera reunión y yo me sentía feliz y llena de fuerza por contar mi historia. Escribía en un diario " De aquí en un año estaré contando en el escenario lo que pasó en aquel paritorio". Anoté que tenía muchos dolores en mi cola de sirena y que me había costado mucho ir y venir de casa hasta Compostela, pero se abría ante mi un nuevo camino que a día de hoy es por dónde quiero transitar eternamente, el de la denuncia, el de utilizar la escena como medio para el cambio, esta vez sin ambages.

En la foto que ilustra estas letras estoy expresando lo que es para mí la maternidad, sin querer, pues realmente estaba midiendo el plano para hacer un videopoema, pero nadie lo imaginaría al ver a una mujer con un bebé y un tendal delante. De eso se trata, de jugar e ir más allá.

Faltan dos meses para estrenar el espectáculo, voy ahora a ponerme  en salmuera.